miércoles, 29 de junio de 2011

Lisa Bloom: How to Talk to Little Girls

Lisa Bloom: How to Talk to Little Girls

Este es un artículo muy interesante sobre los efectos que pueden tener nuestras conversaciones casuales con personas en crecimiento. Una de las cosas que más me gustó de la propuesta que hace la autora es que nos hace ver cómo podemos generar efectos positivos simplemente siendo quienes somos y mostrándolo.

El artículo original (en el link arriba) está en inglés, pero a mi madre le pareció tan interesante que hizo una traducción. Aquí va con el agradecimiento respectivo:

CÓMO HABLARLE A LAS NIÑITAS

Lisa Bloom

(Traducción por Mariluz Morgan)

El fin de semana pasado fui a una cena en casa de una amiga y conocí a su hija de 5 años por primera vez.

La pequeña Maya era toda crespos morenos, ojitos oscuros de cervatillo y estaba adorable en su pijama rosa brillante. Me dieron ganas de chillar: “Maya, ¡eres tan linda! ¡Date vuelta y modela esa ropa con volados, cosita preciosa!”

Pero no lo hice. Me aguanté. Como me muerdo la lengua siempre que conozco niñitas, conteniendo mi primer impulso de decirles cuán lindas, preciosas, bien vestidas, con las uñitas pintadas, bien peinadas, están.

¿Qué tiene eso de malo? Es la forma estándar en nuestra cultura para romper el hielo cuando se habla con niñitas, ¿cierto? ¿Y por qué no hacerles un cumplido sincero para estimular su autoestima? Honestamente, son tan encantadoras que cuando las conozco, sólo quiero explotar.

Reserven ese pensamiento por un momento.

Esta semana ABC News reportó que casi la mitad de las niñas de 3 a 6 años están preocupadas porque se creen gordas. En mi libro Think: Straight Talk for Women to Stay Smart in a Dumbed-Down World revelo que entre el 15% y el 18% de las niñas de menos de 12 años actualmente usan máscara de pestañas, delineador de ojos y lápiz labial de manera regular; los desórdenes alimenticios crecen y la autoestima baja; y el 25% de las mujeres jóvenes de Estados Unidos preferirían ganar en America's Next Top Model que obtener el Premio Nobel. Incluso mujeres universitarias brillantes y exitosas dicen que preferirían ser guapas a ser inteligentes. Una mamá de Miami acaba de morir debido a una cirugía cosmética, dejando huérfanas a 2 adolescentes. Esto sigue pasando y me rompe el corazón.

Demostrar a las niñas que su apariencia es lo primero que notas les transmite que el aspecto es lo más importante. Las pone en el camino para estar a dieta a los 5 años, usar base de maquillaje a los 11, agrandarse los senos a los 17 y usar Botox a los 23. A medida que nuestro imperativo cultural de exigir a las chicas que estén guapas las 24 horas y los 7 días de la semana se convierte en algo normal, las mujeres de Estados Unidos son cada vez más infelices. ¿Qué falta? Una vida con sentido, una vida de ideas, de leer y de ser valoradas por nuestros pensamientos y logros.

Por eso me fuerzo a hablar a las niñitas así:

“Maya”, le dije, agachándome a su nivel y mirándola a los ojos, “es un gusto conocerte”.

“Es un gusto conocerte también”, me dijo, con la vocecita entrenada y educada para hablar con adultos de las niñas buenas.

“¿Qué estás leyendo?”, le pregunté, con los ojos brillantes. Amo los libros, estoy loca por ellos y se me nota.

Se le agrandaron los ojos y su practicada y educada expresión dio paso a un genuino entusiasmo por el tema. Se detuvo, sin embargo, un poquito tímida ante mí, una extraña.

“AMO los libros”, le dije, “¿y tú?” A la mayoría de los niños y niñas les encantan.

“SÍ”, dijo, “¡y ya puedo leerlos yo solita!”

“¡Guau, asombroso!”, le dije. Y lo es, para alguien de 5 años. Sigue mostrando tu lado oscuro, Maya.

“¿Cuál es tu libro favorito?”, le pregunté.

“¡Voy a buscarlo! ¿Puedo leértelo?”

Maya eligió Purplicious, que yo no conocía. Se acurrucó cerca de mí en el sofá y leyó orgullosamente en voz alta cada palabra sobre una heroína que ama el rosado pero es atormentada por un grupo de niñas de su escuela que sólo se visten de negro. Ay, era sobre niñas y lo que usan, y cómo sus elecciones de vestuario definen sus identidades. Pero después que Maya cerró la última página, dirigí la conversación hacia los temas de fondo del libro: niñas malvadas, la presión de pares y no dejarse llevar por el grupo. Le conté que mi color favorito es el verde porque amo la naturaleza y a ella le pareció bien.

En ningún momento hablamos de ropa o pelo o cuerpos o quién era bonita. Es sorprendente lo difícil que es evitar esos temas con las niñitas, pero soy terca.

Le conté que acababa de escribir un libro y que esperaba que ella escribiera uno algún día. Quedó bastante impactada (fairly psyched) con la idea. Las dos nos pusimos tristes cuando Maya tuvo que ir a acostarse, pero le dije que la próxima vez eligiera otro libro y lo leeríamos y hablaríamos de él. Ups. Eso la dejó demasiado excitada como para dormir y salió de su dormitorio unas cuantas veces, toda animada.

Entonces, se trata de un poquitito de oposición a una cultura que les da mensajes erróneos a nuestras niñas. Un pequeño impuso hacia la valoración del cerebro femenino. Un breve momento de modelación de roles intencional. ¿Mis pocos minutos con Maya cambiarán nuestra multimillonaria industria de la belleza, “reality shows” que degradan a las mujeres, cultura celebrity-manic? No. Pero sí cambió la perspectiva de Maya, por lo menos esa noche.

Traten de hacer esto la próxima vez que conozcan a una niñita. Puede sorprenderse y sentirse insegura al principio porque pocas personas le preguntan por su mente, pero sean pacientes y continúen. Pregúntenle qué está leyendo. Qué le gusta y disgusta y por qué. No hay respuestas equivocadas. Sólo están generando una conversación inteligente que respeta su cerebro. A las niñas mayores pregúntenles sobre temas de actualidad: la contaminación, guerras, la reducción de los presupuestos escolares. ¿Qué la molesta con relación al mundo? ¿Cómo lo arreglaría si tuviera una varita mágica? Recibirán respuestas intrigantes. Háblenles de sus propias ideas y logros y de sus libros favoritos. Modelen para ella lo que una mujer pensante dice y hace.

Y háganme saber las respuestas que obtienen a: www.Twitter.com/lisabloom.

Se trata de ir cambiando el mundo, una niñita a la vez


jueves, 23 de junio de 2011

Working with Anger

Entrevista al maestro tibetano budista Thubten Chodron:

"People often think that only with anger can you correct social injustice or prevent harm. But in truth anger clouds our minds. We cannot think clearly. In fact, our mind becomes exactly like the mind of the person that we are protesting—it’s full of me and them; I’m right and they’re wrong. We have the same attitude as those we are objecting to. When you protest with a compassionate attitude, you’re more effective because you can see the whole picture and you care about the people you are protesting against instead of trying to harm them.(...) Being compassionate does not mean being passive. We can actively work to counteract injustice and harm, but we do so with compassion, not self-righteous anger. With compassion, our positive efforts can be sustained for a long time and will be effective."

Más sobre el tema: http://www.tricycle.com/feature/precious-energy

"Los mejores científicos rara vez son religiosos" - Público.es

Entrevista a Edward O. Wilson, biólogo y padre de la sociobiología

‎"Homo habilis. Fueron los primeros en hacer dos cosas. Primero, comer carne, transformarse en omnívoros. Lo segundo es hacer nidos, o sea, campamentos, como los que se han hallado y que pertenecieron a los Homo erectus, que descendían de los Homo habilis. No eran diferentes de otros animales eusociales [hormigas, abejas, termitas]. Es una preadaptación rara, muy pocas especies hacen nidos para alimentar a los jóvenes. Dentro de estas, un número mucho más pequeño, unas 20 o 25 especies, dio el salto al siguiente paso: la nueva generación y la vieja se quedan en el nido y forman un grupo. "

¿Qué tan ecológica es Internet?

¿Qué tan ecológica es Internet?

"Los 44 millones de servidores en el mundo totalizan el dos por ciento de las emisiones de carbono (noten la diferencia entre CO2 y carbono), lo mismo que la industria de la aviación, o las emisiones de países como Suecia y Argentina. (...)

Apenas un cuarto de la población mundial tiene acceso Web, pero su uso se multiplicará por cuatro hacia el año 2014, disparando también la demanda energética."

jueves, 9 de junio de 2011

"La igualdad de oportunidades es una ficción"

La meritocracia no es más justa ni más humana que cualquier otra estructura jerárquica. No podemos construir solidaridad cuando empujamos a las personas desde niños a competir unas con otras por poder o bienestar.


Entrevista al sociólogo francés François Dubet:"La igualdad de oportunidades es una ficción"


"la igualdad de oportunidades es indiscutiblemente una ficción. Es un principio de justicia que individualiza a los actores y pone a todos en competencia, y creo que no está bien construir una sociedad sobre un principio como ése. Además, el logro del mérito puede incrementar considerablemente las desigualdades sociales. (...) Como estamos en una sociedad muy individualista, capitalista y liberal, el principio de la igualdad de oportunidades la transforma en muy desigual, muy violenta y muy poco solidaria. (...)

Hay países (...) en los cuales la escuela reduce las desigualdades sociales. Y hay países en los cuales hay menos desigualdad en la escuela que en el resto de la sociedad. Varios factores lo explican: (...) En las ciudades donde los ricos y los pobres viven separados, las desigualdades escolares prolongan las desigualdades sociales: los más ricos van a las mismas escuelas, lo mismo ocurre con los más pobres. Hay un factor político: los países que más reducen las desigualdades sociales tienen una escuela común, no selectiva, entre los 5 y los 16 años. Y el tercer factor es que cuanto más decisivo es el rol de los diplomas en el acceso al empleo, más fuertes son la competencia social y las desigualdades escolares. (...) La justicia de un sistema escolar no está tanto en la cantidad de alumnos pobres que llegan a la elite, sino en la calidad de la escuela de los alumnos más débiles. (...)

...estamos en una sociedad que les dice a los alumnos que la escuela es indispensable para tener éxito en la vida, y en cuanto un número de estudiantes entienden que no van a lograrlo, no les interesa ir. Creo que hay que repensar completamente la escuela porque, al menos en Francia, se ha transformado en un espacio de competencia por tener trabajo."