miércoles, 20 de noviembre de 2013

Eckhart Tolle y su pareja Kim Eng,una profunda no-relación

El blog integral: Eckhart Tolle y su pareja Kim Eng,una profunda no-relación

"Cuando el ego escoge algo y dice "yo amo" esto o aquello, es un intento inconsciente de ocultar o eliminar los sentimientos profundos que siempre acompañan al ego: el descontento, la infelicidad, la sensación de insuficiencia que es tan familiar . Por un tiempo, la ilusión realmente funciona. Pero entonces, inevitablemente, en algún momento, la persona que has elegido, o has hecho especial a tus ojos, deja de funcionar como una tapadera para tu dolor, el odio, el descontento o la insatisfacción que tienen su origen en la sensación de insuficiencia y de sentirse incompleto. Entonces, surge la sensación que estaba oculta, y se proyecta sobre la persona que había sido elegida y hecha especial – quien pensabas que en última instancia iba a "salvarte". De repente, el amor se convierte en odio. El ego no se da cuenta de que el odio es una proyección del dolor universal que sientes dentro. El ego cree que esta persona es la causa del dolor. No se da cuenta de que el dolor es el sentimiento universal de no estar conectado con el nivel más profundo de tu ser – no ser uno con uno mismo."

jueves, 14 de noviembre de 2013

Joseph M. Fericgla: Dime qué droga tomas y te diré quién eres

Dime qué droga tomas y te diré quién eres Ǵ radio macondo

"Y luego descubrí algo en antropología que nunca se dice pero es capital la importancia que tiene, es el hecho de que 89% de sociedades no occidentales consumen sustancias psicoactivas, las que están prohibidas precisamente, y que se las acusa de ser fuente de marginación, de delincuencia, de psicopatologías, de trastornos sociales y personales… Resulta que estas 89% de sociedades, yo he hecho los cálculos, y son todo contrario, son fuente de virtuosismo, digamos, son origen de aglutinamiento social, se celebran ritos de cohesión social en torno al consumo de estas sustancias; se usan en ámbitos médicos, religiosos, chamánicos, de procesos de educación y socialización…"

" Cada sociedad ha crecido en función de una droga que la impregna. Occidente, por el alcohol (desde hace dos mil años) :el alcohol genera agresividad y egocentrismo. El islam, por el cannabis: Se sientan a la puerta de casa a esperar ver pasar por delante el cadáver de su enemigo. El budismo oriental está impregnado de opio, la droga del extatismo, de la estupefacción ante el universo. Los indios norteamericanos tabaco virgen, con mucha nicotina, neuroestimulante: guerreros y visionarios. Al chocar con el blanco agresivo, guerra segura. ¡Sólo exterminándolos los dominaron! Sobre los indios sudamericanos, conozco muy bien a los amazónicos. Hace nueve años que convivo largas temporadas con los “shuar”, conocidos aquí como jíbaros. Es la cultura de la ayahuasca, al tomarla, ven la selva llena de espíritus, de vida. Por ejemplo, toman ayahuasca para “visitar” a parientes lejanos. Es en lo que creen, porque los jíbaros sólo creen en aquello que ven, en nada más."

"Pero para mí la adicción no existe. Lo que realmente hay, en términos más estrictos desde el punto de vista descriptivo, son comportamientos compulsivos. O sea, comportamientos que a la persona algo le obliga a hacerlos incluso dándose cuenta de que van en contra de sus propios intereses.Y todo comportamiento compulsivo es lo mismo, en el fondo da igual si es al sexo, a las máquinas de echar monedas, alguna sustancia psicoactiva, el trabajo, una secta… Lo importante es el comportamiento compulsivo, no a la cosa a la que está enganchada la persona. Entonces todo comportamiento compulsivo lo que hace es estar llenando algún vacío interior de la persona, emocional, existencial, depende, algún vacío interior. La adicción lo que hace es llenar el espacio de este vacío interior, y lo que hay que hacer no es cortar con la adicción, sino que lo importante es descubrir qué es el vacío de cada persona, de dónde surgió el vacío. Entonces en cuanto la persona lo pueda llenar, automáticamente dejan el comportamiento compulsivo porque ya no tiene espacio."

"A las personas nos cortan la vida las promesas que nos hemos hecho cuando éramos pequeños. Si alguien nos humilla de niños prometemos que nunca más vamos a permitirlo; si sentimos que nos abandona alguien querido prometemos que nunca más nos van a abandonar y, por lo tanto, nunca más queremos a nadie para no volver a sentimos en manos de otra persona. Esas son las cosas que nos cierran a la vida. Por eso es delicado tomar enteógenos. Tampoco puede uno ir rompiendo su sistema cada dos por tres."