domingo, 29 de junio de 2014

Columna: Contra el crecimiento económico (Jorge Frisancho)

Columna: Contra el crecimiento económico (Jorge Frisancho)



"Cómo se ha observado ya muchas veces, el
aumento en los niveles de consumo que se requiere para erradicar la
pobreza mediante el crecimiento acabaría con el planeta tal cual
lo conocemos, arrasando con cualquier idea que hayamos tenido de
bienestar, y cualquier posibilidad de alcanzarla enla práctica. En otras
palabras: haciendo crecer la economía global, nadie sale de pobre en el
largo plazo, sino todo lo contrario.

Nada de lo anterior puede
ser capturado en el concepto de “crecimiento económico” al uso, pues el
concepto mismo está diseñado para no hacer esa captura. Lo que crece,
lo que se mide, es otra cosa, y ese corte (ese silenciamiento) es parte
fundamental de la ideología: si uno tala un árbol y vende la madera, el
PBI crece; los costos ambientales de esa operación, las pérdidas que
representa en términos de recursos futuros o de diversidad biológica, no
quedan registrados, como no quedan sus impactos (“externalidades”)
sobre las poblaciones locales. Lo mismo para la minería y para todas las
demás actividades productivas. Ciertamente, hay numerosos intentos
técnicos y académicos para llevar esa cuenta, pero ninguno de ellos ha
trascendido al uso común, y ninguno de ellos tiene impacto real en las
políticas públicas, mucho menos en el Perú."

jueves, 5 de junio de 2014

An Apple a Day, and Other Myths - NYTimes.com

An Apple a Day, and Other Myths - NYTimes.com



La última reunión de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer ha hecho evidente que la ciencia actual no encuentra ninguna correlación entre la alimentación de una persona y su probabilidad de tener cáncer. Ninguna. Ni  los vegetales o frutas son protectores, menos aún la fibra, ni la carne roja es dañina. La razón por la que en los años 90 los estudios decían lo contrario es porque eran estudios con enormes márgenes de error reales, ya que se basaban en lo que las personas recordaban haber comido tiempo atrás. Estudios que siguen la alimentación real de las personas en un lapso de tiempo no confirmaron lo que los anteriores sugerían.

¿Significa que hay que comer cualquier cosa? No. Significa que tenemos muchas menos certezas que lo que solemos creer respecto a la forma en que nos conviene comer. Significa que no es ni prudente ni solidario cuestionar la forma en que se alimentan los demás en función a supuestos efectos sobre su salud. Y que es tiempo de bajar un poco el tono e intentar evitar el asustarnos y asustar a los demás.

domingo, 1 de junio de 2014

“La comida ha sido manipulada para que sea adictiva y resulte difícil dejar de comer” - Noticias de Alma, Corazón, Vida

“La comida ha sido manipulada para que sea adictiva y resulte difícil dejar de comer” - Noticias de Alma, Corazón, Vida:



"“Las formas de cocinar, las nuevas formas de
procesar los alimentos que la humanidad fue descubriendo, hacían que la
comida fuera más saludable”. Pero todo cambió con la llegada de la
industrialización. “Entonces”, asegura
Pollan, “empezamos a procesar la comida de forma que la hacía menos
saludable. El punto de inflexión fue el refinado de la harina y nuestra
habilidad para separar el almidón del germen y el salvado, las partes
más nutritivas del grano, que se eliminan cuando se muele. Esto ocurrió
en 1880. No veo que después haya habido ningún desarrollo que haya hecho
que la comida sea más saludable."




"Al dejar que las corporaciones cocinen por nosotros, ya sea comida rápida,
procesada o paella congelada, lo que hacemos es abandonar una
importantísima conexión con el mundo. La cocina es la mejor forma que
conozco de restablecer esa conexión”."
 




“Estamos muy concienciados de lo que comemos, pero comemos imágenes e ideas”, asegura Pollan, que pone como ejemplo las tretas de las panificadoras. “La idea de que el pan de grano entero, integral, es bueno está muy establecida”, explica. “A la gente le gusta la idea del pan integral, pero no quiere la realidad. La realidad es que es difícil de hornear, no se puede hacer a escala industrial, con máquinas y, además, es más amargo y menos dulce que el pan blanco. Así que hemos tratado de crear una versión del pan integral que es exactamente igual que el pan blanco: usamos la misma harina, le añadimos el grano entero por separado y utilizamos azúcar para ocultar el sabor de éste. El resultado es un producto procesado que no es para nada más saludable que el pan blanco. No tiene ningún sentido”.