jueves, 16 de octubre de 2014
Diálogos sobre el fin del mundo - Eduardo Viveiros de Castro y Déborah Danowsky
miércoles, 16 de julio de 2014
Una cuestión de sobrevivencia, por Gonzalo Portocarrero | Columnistas | Opinión | El Comercio Peru
Qué lúcido esto: "En realidad, la idea de una
sociedad puramente mercantil basada en la reciprocidad del “doy para que
me des” y “recibo para darte” es una ficción imposible, pues así no
habría, para empezar, quien cuidara de los niños y ancianos.
Pero la realidad se va acercando a esa ficción de pesadilla de manera
que más importante que la virtud real es la apariencia de virtud, que es
más rentable."
En verdad, una sociedad no puede basarse sólo
en la reciprocidad. Sería como un motor sin encender. La chispa
indispensable, el impulso creativo, es el dar sin esperar nada a cambio.
Algo que Portocarrero llama acertadamente también "gratitud hacia la
vida".
lunes, 14 de julio de 2014
How Lies Live and Grow in the Brain - Op-Ed - NYTimes.com
Este es un gran artículo (tiene ya unos añitos). Habla de algunos de los factores por los cuales podemos llegar a creer cosas que son evidentemente mentira (y no, no se trata de estrategias de propaganda... en este caso)
Nuestro cerebro reprocesa (modificándolos) los datos que guardamos en la memoria de corto plazo cada vez que los recordamos, y luego los transfiere a la memoria de largo plazo separándolos del contexto en el que fueron aprendidos. Esa separación ("olvido de la fuente") puede hacer que olvidemos si la fuente del dato era o no confiable, o incluso si el dato era presentado como cierto o falso. Además está nuestra fuerte tendencia a privilegiar los datos que coinciden con nuestras ideas y creencias o nos resultan emocionalmente agradables.
jueves, 19 de julio de 2012
domingo, 10 de junio de 2012
Revolución anticapitalista, sólo creándole grietas al sistema: Holloway
"la única forma de concebir una revolución anticapitalista es en términos de la creación, expansión, multiplicación y confluencia de grietas o rupturas en el tejido de la dominación capitalista (...) un No que va abriendo otro hacer. Una negación-y-creación. Todo el tiempo nos estamos rebelando contra la lógica agresiva del capital, tratando de crear espacios o momentos donde hacemos lo que nosotras o nosotros consideramos necesario o deseable, y no lo que nos impone la lógica del dinero."
"Nuestra existencia es una existencia contradictoria y en la lucha contra el capitalismo tenemos que reconocer y manejar estas contradicciones, no buscar una pureza revolucionaria que no puede existir. La búsqueda de la pureza nos lleva muy fácilmente a descalificar a todos los que no comparten nuestra perspectiva precisa. El reto revolucionario es más bien promover la confluencia de las rebeldías que existen dentro de todos nosotros."
"Algunos de estos movimientos han enfocado sus esfuerzos en el Estado y habría que preguntar ¿cuáles son las consecuencias de adoptar formas estatales de organización? Tiene dos importantes. Primero, implica adoptar formas de organización jerárquicas que excluyen a las personas de su propio movimiento, de su propia rebelión.
Segundo, implica inevitablemente buscar la reconciliación de las rebeldías con la reproducción del capital, ya que el ingreso y la existencia misma del Estado como forma de organización depende de la acumulación del capital. Esto es lo que hacen los Estados, incluyendo los que mencionas. Puede ser que se logren algunos cambios significativos en términos de justicia o redistribución de ingresos, no lo dudo ni lo desprecio. Creo que en esos países sí se ha logrado una redistribución significativa.
Pero esta redistribución sólo se puede lograr dentro de los límites fijados por la necesidad de promover la reproducción del capital, y no detiene en nada la agresión que está destruyendo el mundo. Lo que está en juego es más grande que la redistribución de ingresos: el futuro de la humanidad."
miércoles, 14 de marzo de 2012
Matos Mar: "Tengo la esperanza de que seamos un solo Perú - si es que no pasa algo en el camino"
No.
¿Ves? Ese es el problema del Perú.
(Risas) Pero usted me lo va a enseñar.
No, es que es gravísimo. ¿Por qué? Porque el camacchico es lo más extraordinariamente democrático que ha existido en la historia de la humanidad. Por eso fuimos alta cultura. La civilización no fue gratis. ¿Qué cosa es el camacchico? Es la reunión de todos los grupos de parentesco primero en una microrregión que es importante. Y ese grupo de parentesco adjunto con otros grupos de parentesco, afines, juntos, se reúnen religiosamente una vez a la semana o una vez al mes o en fijo, una vez al año. Y ahí se deciden las cosas para hacer. Si se va a sembrar este año trigo, si se va a cosechar este año, en qué mes se va a sembrar. ‘Los dioses dicen que debe ser mejor en tal sitio’, ‘que hay que hacer los canales de riego’,’ ¿por qué no se hace canales de riego?’ ‘¿a quién debo nombrar?’ (...)
martes, 3 de enero de 2012
Richard Stallman Was Right All Along
Los recientes desarrollos legales hacia un mayor monitoreo del tráfico en Internet (SOPA) hacen evidente hacia dónde van las cosas. Dentro de poco no estaremos seguros usando software propietario, es decir, controlado por las mismas grandes corporaciones que cada vez más imponen la represión hacia los ciudadanos. El autor del texto era escéptico cuando Stallman decía que era indispensable pasarse completamente al software libre, pero con el tiempo ha terminado por convencerse.
"But here we are, at the start of 2012. Obama signed the NDAA for 2012, making it possible for American citizens to be detained indefinitely without any form of trial or due process, only because they are terrorist suspects. At the same time, we have SOPA, which, if passed, would enact a system in which websites can be taken off the web, again without any form of trial or due process, while also enabling the monitoring of internet traffic. Combine this with how the authorities labelled the Occupy movements - namely, as terrorists - and you can see where this is going. (...)
unlike the days of yore, where repressive regimes needed elaborate networks of secret police and informants to monitor communication, all they need now is control over the software and hardware we use. (...)
If we lose the ability to check what our own computers are doing, we're boned.
That's the very core of the Free Software Foundation's and Stallman's beliefs: that proprietary software takes control away from the user, which can lead to disastrous consequences, especially now that we rely on computers for virtually everything we do. (...)
With computers taking care of things like hearing, driving, and more, we really can't afford to be locked out of them. We need to be able to peek inside of them and see what they're doing, to ensure we're not being monitored, filtered, or whatever. (...)
This is why you should support Android (not Google, but Android), even if you prefer the iPhone. This is why you should support Linux, even if you use Windows. This is why you should support Apache, even if you run IIS. There's going to be a point where being Free/open is no longer a fun perk, but a necessity."
domingo, 25 de diciembre de 2011
Stéphane Hessel: “Los bancos se pusieron contra la democracia”
"Si miramos hacia el pasado vemos que los caminos no violentos fueron más eficaces que los violentos. El espíritu revolucionario que animó el comienzo del siglo XX, la revolución soviética, por ejemplo, condujeron al fracaso. Hombres como el checo Vaclav Havel, Nelson Mandela o Mijail Gorbachov demostraron que, sin violencia, se pueden obtener modificaciones profundas. La revolución ciudadana a la que asistimos hoy puede servir a esa causa. Reconozco que el poder mata, pero ese mismo poder se va cuando la fuerza no violenta gana. Las revoluciones árabes nos demostraron la validez de esto: no fue la violencia la que hizo caer a los regímenes de Túnez y Egipto, no, para nada. Fue la determinación no violenta de la gente."
(Pero no estoy de acuerdo en que la salida pase por volver a confiar en los Estados y en los "grandes valores democráticos". Estructuras de poder y violencia, junto con imposiciones etnocéntricas, no van a solucionar a largo plazo nuestro deterioro)
sábado, 19 de noviembre de 2011
La economía de la felicidad · Jeffrey D. Sachs
"Como individuos, no somos felices si se nos niegan nuestras necesidades elementales, pero tampoco somos felices si la búsqueda de mayores ingresos reemplaza nuestra dedicación a la familia, los amigos, la comunidad, la compasión y el equilibrio interno. Como sociedad, una cosa es organizar las políticas económicas para que los niveles de vida aumenten y otra muy distinta es subordinar todos los valores de la sociedad a la búsqueda de ganancias. (...)
el capitalismo global plantea muchas amenazas directas a la felicidad. Está destruyendo el medio ambiente natural a través del cambio climático y otros tipos de contaminación, mientras que una corriente implacable de propaganda de la industria petrolera hace que mucha gente desconozca esta situación. Está debilitando la confianza social y la estabilidad mental, mientras que la prevalencia de la depresión clínica aparentemente está en aumento. Los medios de comunicación de masas se han convertido en lugares desde donde transmitir los mensajes corporativos, muchos de ellos manifiestamente en contra de la ciencia, y los estadounidenses padecen un creciente rango de adicciones de consumo.
Consideremos de qué manera la industria de la comida rápida utiliza aceites, grasas, azúcar y otros ingredientes adictivos para crear una dependencia poco saludable de alimentos que contribuyen a la obesidad. Un tercio de los estadounidenses hoy son obesos. En definitiva, el resto del mundo seguirá sus pasos a menos que los países restrinjan las prácticas corporativas peligrosas; entre ellas, la publicidad de alimentos adictivos y poco saludables para los jóvenes."
miércoles, 2 de noviembre de 2011
Amusing Ourselves to Death
¿Recuerdan el comercial de la primera Macintosh? En el que Steve Jobs nos decía que 1984 (el año) no sería como 1984 (el libro). Bueno, es porque Apple y los demás estaban trabajando en llevarnos a otra distopía. No la de Orwell sino la de Huxley.
sábado, 9 de abril de 2011
Sobre el miedo y la responsabilidad: reflexion electoral no muy reflexionada
El pánico empezó a rondar hace varias semanas. Poco a poco las sonrisas nerviosas se volvieron rictus de preocupación, y finalmente suspiros hondos.
El sentimiento del miedo tiene una vinculación profunda con la responsabilidad. A veces tememos a una responsabilidad que no queremos (no nos corresponde) y nos pesa. Otras veces, sin saberlo, tenemos miedo al vacío que deja una responsabilidad que no nos atrevemos a asumir.
¿Por qué nos dan tanto miedo las elecciones?
En primer lugar, se nos ha hecho creer que elegir a un presidente es nuestra responsabilidad. No hablo de una responsabilidad colectiva sino individual. Nos dicen: “tú elegirás al próximo presidente”, “tu voto cuenta”, “en tus manos está el futuro del país”.
¿Qué tan cierto es eso? ¿Realmente mi voto cuenta? Sí, claro, sumado a otros miles o millones de votos, lo que yo decida marcar va a contar, va a ser parte de una tendencia. Pero si yo mañana decido a última hora cambiar mi voto, ¿eso cambia la tendencia? No. Es una fantasía estadística. La tendencia está ahí, quieras o no. Yo puedo hacer lo que quiera con mi voto, incluso puedo hacer campaña y convencer a 5, 10 ó 100 personas, igual eso en sí mismo no modifica una tendencia de miles de personas. Ojo, no quiero decir que nada valga la pena, mi argumento no es alpinchista, no estoy tratando de decir que nuestra opinión no vale, lo que digo es que no cuenta. Mi voto no cambia nada. Yo sé que suena duro y que contradice lo que se nos dice todos los días, sobre todo en esta época. Pero, vamos, ¿si nos permitimos por un momento la duda y consideramos la posibilidad de que no sea así? Y entonces pensamos, ¿por qué nos lo dicen? ¿por qué nos mienten?
Y yo pienso que es porque a muchos les conviene que nos creamos eso. Que creamos que nuestra única o máxima contribución al manejo del país debe ser ese voto que damos cada 5 años. Todo el quinquenio nos la pasamos diletando, pero cuando viene la temporada electoral somos los grandes heroes que debemos impedir que tal o cual venga a destruir todo lo que creíamos tener. Y entonces saltamos, gritamos, nos desesperamos, nos desvivimos por convencer a otros, insultamos a los rivales, peleamos con nuestros familiares...
(Y aquí aparece otra patología en nuestras emociones: tras habernos llenado de miedo por un mal manejo de la responsabilidad, se nos bombardea con mensajes monotemáticos que convierten nuestro proceso reflexivo en un pensamiento recurrente, obsesivo. Finalmente nos vemos forzados a tomar una decisión y -creyéndola trascendental- la vemos como necesaria y nos llenamos de ira contra quienes no la comparten.)
Es como si en unas semanas quisiéramos liberar toda la tensión que fuimos acumulando en 5 años. Como si alguien nos llamara y nos dijera “oye, se me olvidaba decirte que además de todo lo que estabas haciendo también tenías que encargarte de dirigir el país. Tienes 10 minutos para pensar cómo hacerlo y luego otros 5 para hacerlo, después de eso mejor no hagas nada y déjalo en manos de los que saben”.
En este punto pareciera que estoy abogando (como muchos) por la acción política, porque cada uno se ponga a organizar y trabajar en construir ideologías, programas, partidos o movimientos. Pues no, no quiero decir eso. Ni lo contrario. Si te nace hacerlo, si sientes que es lo que te motiva y lo vas a hacer con todo el corazón, entonces te toca hacerlo. Si no, no. Todos somos diferentes y no tenemos por qué hacer lo mismo.
Entonces, ¿qué planteo? Bueno, para empezar, no tengo por qué plantear nada. Pero si alguien quiere saber cuál es mi convicción, es que deberíamos dejar de darle tanta importancia a las elecciones. No es ahí donde se deciden las cosas más importantes. Y, sobre todo, no es nuestra decisión. Votemos -o no- por quien querramos, pero con la certeza de que eso no va a cambiar mucho.
¿Deprimente? No lo creo. Peor es vivir engañados y eufóricos pensando que somos los dueños de nuestro futuro gracias al contrato social democrático. ¡Pero si yo no firmé ningún contrato! Alguien armó el sistema sin mi presencia y alguien lo dirige sin realmente consultarme.
En mi humilde opinión, hay cosas mucho más significativas para la sociedad que nuestro voto: dedicarnos cada día a hacer las cosas que nos toca hacer, con convicción, creatividad y amor, tratando de entregarnos a los demás estando a disposición de quien nos necesite, dando el ejemplo con lo que somos en lugar de tratar de convencer a los demás de cambiar. Si mañana las condiciones políticas nos hacen difícil o imposible hacer lo que veníamos haciendo, será el momento de encontrar otra manera, inventar algo nuevo o cambiar. Es duro y muchas veces diremos que es injusto y querremos tirar la toalla. Hasta que nos demos cuenta de que concentrarnos en esos sentimientos sólo nos hace perder tiempo.
miércoles, 9 de marzo de 2011
El milagro de Mauricio by Joseph E. Stiglitz - Project Syndicate
"Mauricio reconoció que, sin recursos naturales, su gente era su único activo. Tal vez ese aprecio de sus recursos humanos también es lo que llevó a que Mauricio se diera cuenta de que, sobre todo debido a las potenciales diferencias religiosas, étnicas y políticas del país –que algunos trataron de aprovechar para inducirlo a que permaneciera como colonia británica—la educación universal era esencial para la unidad social. También lo era un compromiso decidido con las instituciones democráticas y la cooperación entre trabajadores, gobierno y patrones"
lunes, 7 de marzo de 2011
decrecimiento: Es urgente que la izquierda comprenda las implicaciones del Cénit del petróleo

Un artículo de Manuel Casal Lodeiro. Miembro de la asociación Véspera de Nada por unha Galiza sen petróleo
"La ciencia o la técnica por sí solas no son las responsables del aumento de la productividad experimentado a lo largo de las últimas décadas: esta se debe, en primer lugar, a la disponibilidad masiva y creciente de energía barata. Es decir, sólo se puede hablar de que cada trabajador(a) ha producido más por unidad de tiempo porque el aparato productivo en su conjunto ha dispuesto de toda la energía que ha necesitado para hacer funcionar esas tecnologías. Por otro lado, si medimos la productividad en función de los recursos energéticos no humanos empleados (productividad energética) y no del factor tiempo de trabajo, veremos que la productividad en realidad lleva estancada más de medio siglo (datos de la UE). (...)
Si defendemos la viabilidad de políticas alternativas basándonos en una productividad que sólo es posible gracias al inmenso flujo de energía —principalmente fósil— que ha manado durante las décadas del industrialismo, dichas políticas se demostrarán impracticables en el contexto de descenso energético al que se enfrenta actualmente nuestra civilización y estarán condenadas de antemano al fracaso. (...)
Poco a poco se van filtrando informes que —por supuesto— no llegan a los grandes medios de comunicación, y que hablan de un probable colapso de las economías nacionales en un periodo más o menos corto de tiempo debido a los cortes de suministro, los nuevos picos de los precios, y la caída en cadena de una industria tras otra en un sistema mundializado que sólo funciona si crece y que requiere un constante y masivo flujo de energía para mantener su alto grado de complejidad. (...)
En consecuencia, la izquierda debe abordar este radical cambio de escenario con urgencia, revisando estrategias e incluso principios hasta ahora sagrados, como el derecho al trabajo asalariado o el protagonismo de una clase obrera condenada en su mayor parte a reconvertirse de nuevo en clase agraria a medida que buena parte de las industrias y las ciudades se conviertan en insostenibles. La izquierda debería también abjurar de un industrialismo y un productivismo que se van a quedar sin combustible, renegar del mito del crecimiento perpetuo y la tecnología taumatúrgica, convertirse en decrecedora y neorrural, poner la soberanía alimentaria y energética como puntas de lanza de la lucha social y política, y ser la primera en abandonar el Titanic capitalista industrial para comenzar a construir, desde abajo, múltiples y heterogéneas alternativas autogestionadas de vida simple, orgánica y local guiadas por los principios de la Economía Ecológica que ofrezcan —sin esperar más a asaltar ningún palacio de invierno— una alternativa tangible para los millones de náufragos del sistema."